lunes, 2 de junio de 2008

Paseo con Rampla y ahora,la final.



Con un fútbol contundente y estupendas conquistas, los aurinegros derrotaron a Rampla 5 a 0 y ahora definirán el título del torneo con River. Anotaron Carlos Bueno, Fabián Estoyanoff (en dos oportunidades), Diego Rodríguez y José María Franco.

Dos variantes presentó el equipo de Mario Saralegui con relación a la formación del partido anterior frente a Tacuarembó: Marcel Román en sustitución de Omar Pérez, y el retorno a la titularidad de Nicolás Biglianti, quien había ocupado el arco aurinegro en dos partidos hasta sufrir una lesión cuya recuperación demandó varias semanas.

El vendaval de fútbol que asoló el arco ramplense desde el primer minuto de juego, le permitió a Peñarol sacar rápidas ventajas y liquidar el pleito mucho antes de finalizar el primer tiempo.

Corrían apenas 7 minutos cuando Carlos Bueno abrió el tanteador con una conversión excepcional, parando la pelota con el pecho y desconcertando a los rivales, impotentes ante la capacidad de un goleador fuera de serie, quien remató abajo y cruzado, lejos de todo intento defensivo.
Fue la primera gran ovación, el primer estallido de júbilo de una afición que concurrió en gran número al Estadio Centenario. Tres minutos después, Darío Rodríguez salía lesionado, siendo sustituído por Matías Manrique.

Fabián Estoyanoff puso su rúbrica en dos ocasiones. La primera de ellas a los 18 minutos, colocando en la red una pelota que había rechazado el arquero ante una muy buena combinación de la sociedad Pacheco-Bueno. La segunda, rematando alto y lejos del cuidavallas un balón que le cabeceó Arias, tras el centro servido por Pacheco en jugada "de laboratorio".

En el segundo período vendrían dos nuevas conquistas. A los 77 minutos Fernando Correa –uno de los hombres que vino desde el banco- profundizó por izquierda para la incursión de Diego Rodríguez, y éste, con escaso ángulo, efectuó un lanzamiento cruzado y por elevación, concretando otro gol de muy buena factura.

Y en la hora, José María Franco –que había ingresado diecinueve minutos antes- "infló las mallas" del arco de la Colombes con un remate violento y preciso. Fue la frutilla en la torta en la fiesta aurinegra.

Tantas ilusiones abrigadas por la hinchada a lo largo de un duro campeonato, confluyeron en un prolongado y merecido festejo, poniéndole calor a la fría tarde del domingo: Peñarol está en la final del Clausura.

Fuente: Capenarol.com.uy